La alopecia fibrosante en patrón androgenico (FAPD, de sus siglas en inglés Fibrosing Alopecia in a Pattern Distribution), es una alopecia cicatricial diferenciada del liquen plano pilar, que supone una pérdida de densidad capilar difusa en una zona típicamente androgénica.
Afecta tanto a hombres como mujeres, pero es más frecuente en estas últimas.
Este tipo de alopecia suele ser diagnosticada de forma errónea como alopecias androgénicas, que en la evolución no responden adecuadamente al tratamiento médico o es causa de falla de un implante capilar, por eso la importancia de su diagnóstico.
Se sospecha que en su causa convergen los mecanismos descritos en la alopecia androgénica con los del liquen plano pilar.
La miniaturización de la alopecia androgénica, haría más susceptibles a los folículos pilosos a la respuesta inmunológica, la inflamación y consecuente destrucción de ellos.
Supone un reto para el dermatólogo y requiere de diagnósticos clínicos, tricoscopia y en muchos casos histopatológicos mediante una toma de tejido para visualizar al microscopio.
Clínicamente, se presenta como una alopecia androgénica con falla terapéutica, pudiendo presentar prurito ocasional.
La tricoscopia permite en muchos casos realizar el diagnóstico o al menos sospecharlo para indicar la toma de biopsia que será guiada mediante el examen tricoscópico, realizándose de la zona más representativa.
La biopsia es recomendada en casos dudosos para establecer el diagnóstico y diferenciarla de una alopecia androgénica auténtica, sobre todo si se plantea realizar un implante capilar.
El tratamiento varía según el género del paciente.
Contamos con múltiples tratamientos.
Es importante controlar los períodos de inflamación de la enfermedad con un tratamiento médico que controle la destrucción del cabello. Si la enfermedad está estable se proponen tratamientos o cuidados básicos que mantengan esta situación todo el tiempo posible.