La foliculitis decalvante es una alopecia inflamatoria autoinmune. El sistema inmunitario ataca a la raíz del cabello y lo destruye, dejando una cicatriz permanente.
Su origen es desconocido, se plantea existe cierta predisposición genética a desarrollar la enfermedad que asociado a una disrupción de microbioma del cuero cabelludo y la inmunidad, llevan a una activación del sistema inmune, que destruye el folículo piloso.
El cuero cabelludo se enrojece y aparecen pústulas y costras amarillentas. Los pelos tienden a agruparse “en penachos”, como pequeños mechones. Suele acompañarse de síntomas, como picor y ardor local, desde el inicio.
La localización más frecuente es el vertex del cuero cabelludo.
Es una enfermedad que cursa con brotes y remisiones, es decir periodos con síntomas de inflamación y periodos de estabilidad.
Para el diagnóstico de la enfermedad se requiere una exploración médica por un dermatólogo con experiencia en tricología. La tricoscopia permite detectar características muy sugestivas de la enfermedad.
Cuando existen dudas se puede recomendar la realización de una biopsia cutánea.
Es importante detectar los brotes de forma precoz para iniciar un tratamiento médico que frene la destrucción del cabello durante cada episodio.
Cuando la enfermedad está estable se pueden pautar tratamientos o cuidados que eviten empujes.
Los tratamientos más frecuentes son: